14.- ¿SALIMOS DE LA ZONA DE COMFORT?
A veces es complicado superar situaciones, las cuales no te imaginabas ni en un universo paralelo, pero suceden. Y ante esto no puedes más que prepararte a ti mismo para cualquier cosa.
Es imperativo conocerte a ti mismo y aprender a gestionar las emociones. Si no lo haces, el peor enemigo puedes ser tú mismo, y esto suena a anuncio pero las actitudes autodestructivas son duras, pero gestionables.
¿Y qué se puede hacer para "entrenarse" para estas situaciones?
¿Por qué no probamos a "acostumbrarnos" a situaciones que no controlamos? Si cada cierto tiempo realizamos actividades, viajes, lo que sea pero que se encuentre en un punto fuera de nuestra zona de comfort, es fácil que con el tiempo se desarrollen capacidades de adaptación que ayuden a que las situaciones que nos impone la vida no sean tan traumáticas.
Y estas actividades no tienen porqué ser radicales. Cada persona tiene los umbrales de la comodidad en niveles distintos, y lo que para uno puede ser un viaje en solitario por toda Europa para otro puede ser aprender a andar en bici de adulto.
Y se preguntará el profesor cuando lea esto: ¿Y qué tiene que ver esto con un itinerario formativo?
Una cosa que se critica de la educación de los padres a los hijos es la sobreprotección de estos, y con la falta de madurez en algunos sentidos del desarrollo.
Exponiendose uno a sí mismo a situaciones que no están bajo un control total podemos desarrollar aptitudes, tanto sociales como individuales, más amplias, y personas con recursos mucho mayores para superar los problemas que acontecen fortuitamente.
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